Hace más de una década que se empezó a hablar de la copa menstrual y ahora forma parte de nuestro día a día. Ahora, es el turno de las bragas menstruales, una prenda interior que se ha posicionado como una alternativa a compresas y tampones. Opciones sostenibles que cuentan cada vez con más adeptas.
Gracias a diferentes tejidos -algunas marcas de ropa emplean tejidos hidrófugos, antibacterianos y transpirables-, se consigue que el flujo menstrual se absorba, se evitan pérdidas y, al mismo tiempo, la mujer que utiliza la braga menstrual no tiene la sensación de humedad.
En la actualidad, existen numerosos fabricantes y, en la mayoría de los casos, recomiendan un uso de 12 horas y, posteriormente, lavarlas tanto a mano como a máquina, pero siempre con agua fría. En este sentido, algunas marcas sugieren no utilizar suavizantes para impedir la degradación del tejido absorbente.
Si algo destacan las empresas comercializadoras de este producto acerca de las bragas menstruales es que estas son duraderas, reutilizables (y, por tanto, ecológicas), suaves, antibacterianas, hechas con materiales ultra absorbentes y transpirables y tienen una vida útil que oscila entre los dos y los cinco años, según su uso y cuidados.
Hay mujeres que optan por utilizarlas junto con compresas y tampones, para asegurarse un extra de protección; pero desde las firmas que fabrican bragas menstruales aseguran que no es necesario, que por sí mismas, pueden sustituir totalmente cualquier otro método. No obstante, es importante tener en cuenta la cantidad de flujo en cada día del periodo.