¿Existe una relación entre la menorragia, la trombocitopenia inmune primaria y las enfermedades renales y hepáticas?

La menorragia es el término médico que se utiliza para denominar los períodos menstruales con sangrado anormalmente intenso o prolongado. Hablamos de un problema sanitario frecuente y de gran relevancia en la calidad de vida de la mujer, que se ve afectada negativamente tanto en el aspecto físico como en el aspecto social y emocional. Así, puede causar anemia por pérdida de sangre al reducir la cantidad de glóbulos rojos en circulación, además de un dolor intenso.

Existen diferentes posibles causas detrás de este problema. Según recoge una información de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., su origen se enmarca en tres posibles áreas: problemas relacionados con el útero (pólipos uterinos, cáncer del útero o cuello uterino, ciertos tipos de métodos anticonceptivos, entre otros), problemas relacionados con las hormonas u otras enfermedades o trastornos. En particular, señalan que otras afecciones médicas, como las enfermedades renales y hepáticas, pueden asociarse a la menorragia.

La menorragia también puede asociarse con la trombocitopenia inmune primaria (PTI). Una enfermedad de origen autoinmune caracterizada por una cifra baja de plaquetas que suma más de 2.000 nuevos casos cada año en España, según señala la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH)

La Sociedad Europea de Trasplante de sangre y Médula (EBMT, por sus siglas en inglés) informa en su guía práctica para profesionales sanitarios que la menorragia es uno de los posibles síntomas de esta afección. Al igual que hematomas inusuales y con golpes muy leves, síntomas de sangrado persistente en caso de cortes u otras heridas o sangrados de la mucosa, por ejemplo.

Por otro lado, la menstruación puede ser un problema para las mujeres con PTI, ya que algunas tienen sangrados graves y prolongados, que pueden llevar a la anemia. Según indican desde la EBMT, “la frecuencia y cantidad del sangrado menstrual pueden ser controlados usando contraceptivos orales o progesterona, que contiene mecanismos intrauterinos, que inducen a la atrofia endometrial”.

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