La higiene menstrual es una realidad evidente en los países occidentales donde las mujeres, desde que son niñas, tienen la regla y tienen a su disposición gran cantidad de información. No ocurre lo mismo, en países en vías de desarrollo, donde las mujeres carecen de acceso a productos de higiene íntima y otras necesidades básicas[1]. Es por ello que una buena gestión de la higiene menstrual es esencial y prioritaria para todas aquellas mujeres que tienen el periodo y, sobre todo, para que no sientan miedo ni incertidumbre1.
Según datos publicados por el Banco Mundial, hay más de 300 millones de mujeres en todo el mundo que tienen la regla1. Sin embargo, se estima que 500 millones de mujeres no disponen de los medios ni el acceso necesario a productos e instalaciones adecuadas para la gestión de la higiene menstrual.1
De acuerdo con los últimos datos sobre salud e higiene menstrual de la Organización Mundial de la Salud (OMS)[2], las adolescentes, en general, siguen sin estar informadas ni preparadas para el periodo. Esta falta de conocimiento sobre la menstruación es, sin duda, un obstáculo determinante en la educación, la confianza y el desarrollo personal de las mujeres. En este sentido, y con el fin de obtener una mejor comprensión, la OMS habla de cinco aspectos esenciales en material de salud menstrual[3]: educar, crear normas de concienciación sobre la menstruación, mejorar el acceso a productos sanitarios (agua, aseos y privacidad), mejorar la atención y el apoyo a las familias de las niñas y facilitar el acceso a personal sanitario competente en esta materia3.
La realidad actual es que la higiene menstrual y la salud de las mujeres es un hecho cada vez más presente en la sociedad. Sólo en la última década han comenzado a darse importantes pasos en este sentido[4]. La OMS y UNICEF han introducido un conjunto de indicadores para contabilizar el progreso en materia de salud e higiene menstrual, lo que permitirá que este tema sea abordado en mayor profundidad4.
Además, en esta línea, “A Bloody Serious Matter” es una investigación realizada por la ONG Plan International[5], en Uganda e Indonesia, donde se profundiza en el papel de las adolescentes cuando tienen la menstruación, y su ausencia en las escuelas cuando están menstruando, perdiendo hasta 24 días de escuela al año5.
En este sentido, y con el fin de mostrar una solución, es importante abordar la salud e higiene menstrual de las mujeres de una forma integral4 en la que la información a las niñas, la adecuación de servicios como el agua, la disposición de productos higiénicos, las adecuadas instalaciones en los centros escolares, la concienciación y sensibilización de la sociedad, ayuden a romper mitos y tabúes entre las más jóvenes.
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[1] WorldBank.org [Internet]. Salud e higiene menstrual. Último acceso: julio 2023. Disponible en: https://www.worldbank.org/en/topic/water/brief/menstrual-health-and-hygiene
[2] World Health Organization [Internet]. Menstrual health, not just hygiene: The path toward a strong cross-sectoral response. Ultimo acceso: julio 2023. Disponible en: https://www.who.int/news/item/28-05-2023-menstrual-health-not-just-hygiene-the-path-toward-a-strong-cross-sectoral-response
[3] Venkatraman Chandra-Mouli, Sheila Vipul Patel. Mapping the knowledge and understanding of menarche, menstrual hygiene and menstrual health among adolescent girls in low- and middle-income countries. BMC, research in progress. Último acceso: julio 2023. Disponible en: https://reproductive-health-journal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12978-017-0293-6
[4]AECID [Internet]. Baños y agua corriente para garantizar la salud menstrual. Último acceso: julio 2023. Disponible en: https://www.aecid.es/web/aecid-fcas/w/banos-y-agua-corriente-salud-menstrual
[5]Maastrich University [Internet]. Bloody seriousness | Addressing epochal poverty. Último acceso: julio 2023. Disponible en: https://www.maastrichtuniversity.nl/about-um/diversity-inclusivity/di-grants/bloody-serious-addressing-period-poverty