Durante la menstruación la textura del sangrado puede variar. Estos cambios son normales y frecuentes en muchas mujeres, no obstante, también son señales de sufrir menorragia u otras patologías.
Una menstruación con un sangrado que contiene coágulos puede preocupar a muchas mujeres. Generalmente, la aparición de coágulos del tamaño de una moneda durante los primeros días de regla es algo normal.
El sangrado denso suele atribuirse a procesos naturales que ocurren una vez se desprende el endometrio. Nuestro cuerpo libera proteínas con el fin de coagular la sangre y evitar un sangrado abundante. De forma que, es común presentar coágulos durante los dos o tres primeros días de la menstruación para evitar un excesivo sangrado.
¿Si sufro coágulos menstruales no debería tener un sangrado poco abundante?
Puede parecer contradictorio, pero, lo cierto es que cuando estamos ante un caso de menorragia o sangrado menstrual abundante, es habitual que el nivel de coagulación sea mayor. La explicación se encuentra en que nuestro organismo está programado para realizar acciones coagulantes que frenen el sangrado.
Un sangrado menstrual abundante provocará un cúmulo de sangre en el útero y la vagina antes de salir del cuerpo. De manera que, el organismo incrementará de forma más intensa la producción de proteínas que cortan el sangrado y dará como resultado un mayor nivel de coágulos menstruales. Al ser tan abundante el sangrado, el organismo trabajará para coagular más sangre, pero no significa que sea capaz de coagular todo el sangrado cuando este es excesivo.
La formación de pólipos también puede explicar un caso de menorragia con coágulos. Los pólipos, miomas o leiomiomas uterinos ocurren cuando surge una obstrucción en el útero que provoca su crecimiento. Este problema implica que el útero es incapaz de expulsar la sangre con la velocidad habitual. Al haber un flujo sanguíneo más lento, la sangre se acumulará y se transformará en coágulos. La obstrucción provocada por un pólipo también puede provocar una regla de sangrado más abundante, lo que conlleva una mayor acumulación de sangre que intensificará la obstrucción.
Por último, existen patologías como la endometriosis o la adenomiosis que también provocan una regla de sangrado abundante con coágulos. La endometriosis es una enfermedad que consiste en el crecimiento del tejido de revestimiento uterino (el endometrio) fuera del propio útero. Los cambios hormonales y fuertes lesiones que acarrea esta enfermedad pueden alterar el ciclo menstrual y provocar tanto un sangrado abundante como coágulos menstruales.
Algo similar ocurre con la adenomiosis. Esta patología también consiste en el crecimiento del endometrio en un lugar incorrecto, pero, en este caso surge concretamente en la pared muscular del útero. El tejido endometrial y la pared muscular del útero se agrandarán provocando un sangrado menstrual abundante que conllevará a una mayor coagulación.
Hay solución frente a los coágulos y el sangrado abundante
Si sufres reglas abundantes con coágulos menstruales es importante que acudas al ginecólogo para que pueda evaluar tu caso. Conocer tu sistema reproductivo y hormonal es importante para entender cómo funciona tu menstruación. De esta forma, serás capaz de comprender qué te ocurre y por qué.
Tras un diagnóstico podrás tener en cuenta los tratamientos que actualmente tienes a tu disponibilidad. Existen opciones farmacológicas para reducir los niveles de coagulación y sangrado abundante, y también tienes alternativas quirúrgicas mínimamente invasivas que permiten solucionar el sangrado abundante de forma definitiva o que sirven para extirpar pólipos y miomas.