Amigas, hermanas, compañeras de piso o de trabajo… ¿quién no ha oído la teoría que afirma que cuando se pasa mucho tiempo con otras mujeres la menstruación se sincroniza? Existen explicaciones científicas al respecto, pero parece ser que esta creencia es más un
mito que una realidad.
Sincronización de la menstruación
Esta teoría sobre la sincronización de la menstruación empezó a ganar fuerza y extenderse debido a algunos estudios científicos que analizaron esta cuestión. Uno de los pioneros es el que llevó a cabo en los años 70 la psicóloga estadounidense Martha McClintock –y que llegó a ser publicado en la revista Nature–, en el que afirmaba que el origen de este fenómeno estaba en las feromonas. Tal fue su impacto que, entre la comunidad científica,
esta hipótesis paso a conocerse como el “efecto McClintock”.
Para llegar a tal conclusión, analizó los períodos menstruales de 135 mujeres de una universidad estadounidense, los cuales fueron sincronizándose progresivamente. Según esta científica, cuando las mujeres dormían o compartían mucho tiempo juntas, intercambiaban feromonas, lo cual influía en la menstruación. Tal y como sucede con algunos animales, se presuponía la existencia de una hembra dominante que ejercía su influencia sobre el resto de mujeres, pero esta feromona no se ha encontrado en la especie humana.
Así, estudios científicos posteriores demostraron que los resultados no eran del todo válidos y atribuyeron la explicación a la ‘mera casualidad’ y a los propios tiempos de los ciclos menstruales que, tarde o temprano, acabarán sincronizándose en algún momento del año entre diferentes mujeres.
Otra teoría asociada a esta creencia es la que afirma que la menstruación se sincroniza con los ciclos lunares pero, de nuevo, parece ser un mito con la única coincidencia de que el ciclo promedio de la menstruación dura lo mismo que un ciclo lunar.
En definitiva, la regularidad de la regla puede variar debido a diversos factores, tales como el estrés o incluso la ingesta de algún medicamento o fármaco pero, tras las conclusiones de los más recientes estudios científicos, la convivencia entre mujeres no es uno de ellos.